Seguimos compartiendo las reflexiones de nuestro equipo de especialistas, con el objetivo de inspirar acciones que ayuden a prevenir, detectar y gestionar los riesgos transmitidos por los alimentos, en el marco de una pandemia.
Ricardo Ferrario, nuestro experto en gestión de plagas, nos muestra que no estamos solos:
«Hoy 22 de mayo del 2020, nos encontramos en un momento muy especial en nuestro planeta, en Argentina llevamos 63 días de aislamiento social, estando obligados a llevar a cabo actividades en forma remota para seguir adelante con los servicios esenciales de Control de Plagas y de esta forma, seguir brindando, hoy más que nunca, soporte a las industrias y comercios de alimentos, imprescindibles para la supervivencia de la vida, mediante sistemas de trabajo que brinden la mayor seguridad para todo el personal expuesto a labores en la industria alimenticia e incluso a los técnicos que brindan el servicio.
A los pocos días de haber comenzado con el aislamiento social, el cambio de hábito de la población también generó un cambio de hábito en los roedores, los cuales comenzaron a invadir estructuras con mucha más intensidad de lo que se venía registrando. Esto se debe que al haber menos actividad comercial, también hay mucho menos residuos en las calles, producto de desperdicio de alimentos que habitualmente generan los restaurantes e industrias, de los cuales se hace una disposición final en contenedores en la vía pública, el cual tanto en Argentina como en varios países del mundo, usan los roedores que viven en drenajes y distintos lugares de la vía pública para alimentarse.
Esta problemática aumenta en forma alarmante los riesgos en la inocuidad alimentaria. Los roedores caminan por drenajes cloacales, basureros y tantos otros lugares, cargando su cuerpo con una carga microbiana increíblemente importante, luego, al momento de buscar alimento en distintos tipos de comercio, estas caminan por mesadas de trabajo, sobre alimentos, y muchos lugares sensibles sin ser vistos, los cuales dejaran gran parte de dichos gérmenes que llevan en sus cuerpos más las micro gotas de orina y excretas que van dejando, lo cual genera el principio de una ETA, sin poder ser advertido a simple vista.
Fue por ello que hemos acelerado los procesos para instalar sistemas de monitoreo y capturas, relevamientos e inspecciones permanentes, tanto presencial como con cámaras infrarrojas con sensores de movimiento, entre otras herramientas disponibles a modo de garantizar la menor incidencia de problemas por presencia de este tipo de plaga, tan riesgoso para la inocuidad de los alimentos que ingerimos diariamente y de las personas que allí trabajan.
La pandemia nos obligó a acelerar los procesos de monitoreos remotos, una nueva tendencia que se venía hablando hace mucho tiempo y que hoy se transforma en imprescindible como apoyo a la seguridad personal, minimizando el contacto con las personas y teniendo sistemas de monitoreo y control durante las 24 hs, todos los días del año. Lo cual redunda en un beneficio para absolutamente toda la sociedad».
¡Quiero descargar el informe completo:
«Día de la Inocuidad de los Alimentos»!
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