El proceso de desarrollo de productos conlleva muchos y variados beneficios que nos vemos obligados a analizarlos desde distintos frentes para involucrar a todos los actores intervinientes: la empresa en sí misma, el consumidor, el mercado al que pertenece y la provincia/país como receptor
A la empresa más allá de su infraestructura la incorporación de nuevos productos le reporta incremento de utilidades y de participación en el mercado, adaptación a tendencias que están detrás de necesidades insatisfechas, enriquece la llamada “imagen deseada” por los fundadores y fortalece en el consumidor conceptos como innovación, competitividad y diversidad.
Dentro del abanico de beneficios es que encontrando una matriz de dos o tres ingredientes que los podemos llamar “base del producto” a los que sumándoles tres o cuatro más, que los podemos llamar “aditivos accesorios” que a la vez los vamos variando para encontrar la diversidad. Por ejemplo: “base del producto”: harina integral orgánica y aceite de girasol alto oleico, alternativas de “aditivos accesorios”: 1) avena, miel y saborizante de vainilla, 2) harina de algarroba, cacao en polvo y saborizante de chocolate o 3) harina de almendras, azúcar mascabo y arándanos.
Conectándolo con el párrafo anterior la opción 1 cumple la tendencia de continuar consumiendo productos estándar, la 2 la tendencia del uso de harinas alternativas a la de trigo y la 3 la de incorporación de frutos secos, endulzantes saludables y de frutos rojos que cuentan muchas propiedades favorables a la salud.
Otra arista importante que se debe considerar tiene que ver con las posibilidades para crear un nuevo producto. Estas están muy vinculadas al tamaño de la empresa, siendo las micro y pequeñas las que se enfrentan a las mayores dificultades para acceder al dinero necesario para, ya que no cuentan con su propio “laboratorio de desarrollo de producto”, contratar un profesional o empresa especializada en el tema. El apoyo de universidades y laboratorios estatales podría hacer que las posibilidades sean iguales para todas independientemente del tamaño.
El desarrollo de un producto parte de una idea que tiene que ver con brindar al consumidor un producto de calidad, saludable, durable, rico y visualmente atractivo. Como trabajador en varias empresas alimenticias y también como creador de un emprendimiento dentro de ese rubro (se llama Oki Alimentos Saludables) he estado detrás de la obtención de esas cualidades mencionadas y puedo decir que las buenas interrelaciones internas, la consulta externa y el estudio de la competencia son beneficiosas para el producto y generan beneficios en el know how del equipo interviniente en un desarrollo: Marketing, Ventas, Compras, Calidad, Desarrollo, Elaboración y Gerencia General.
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“Desarrollo de Productos Alimenticios”,
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Autor:
Ariel Pérez Barrio.
Ingeniero Químico, recibido en la UBA. Cuenta con 20 años de experiencia en la industria alimenticia y gastronómica con responsabilidades crecientes dentro de sectores como Calidad, Desarrollo de Productos, Elaboración y Mantenimiento en empresas como Mondelez, Tostadas Riera, Fantoche, Chocoarroz y La Parolaccia. Desde hace casi 3 años trabaja asesorando Emprendedores y Pymes alimenticias en el Desarrollo de sus Productos y la Gestión de sus Procesos. Además tiene dos emprendimientos propios: Oki Alimentos Saludables y Gualeyos. Es el creador de los cursos: Desarrollo de Productos Alimenticios, Desarrollo de Productos Alimenticios (Parte II) y Mantenimiento en la Industria de Alimentos.
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