Una encuesta ilumina los desafíos que enfrentan las familias con alergias alimentarias en los viajes aéreos.
Las personas con alergias alimentarias enfrentan múltiples desafíos cuando viajan en avión, ya que las respuestas de las aerolíneas a sus necesidades varían
Estadísticamente, en un país como USA uno de cada 10 adultos y uno de cada 13 niños tienen alergias alimentarias y 2,9 millones de pasajeros pasan por los aeropuertos de los Estados Unidos cada día.
Pero fuera de un puñado de historias y artículos a menudo bien publicitados escritos por defensores de pacientes sobre las experiencias específicas de los viajeros aéreos que manejan este tipo de reacciones alérgicas a los alimentos durante el viaje, es notable lo poco se sabe y aun los protocolos existentes son insuficientes.
Por ello, se ha hecho una encuesta donde han colaborado partes interesadas en alergias alimentarias, así como psicología clínica y de la salud, atención primaria, investigación del comportamiento de la salud, defensa del paciente, epidemiología e investigación. Con la ayuda de 45 socios, los investigadores difundieron la encuesta en cinco países en un lapso de 3,5 meses. Se han obtenido 4704 encuestas completas de las 6300 que se iniciaron con una tasa de finalización del 75 %”. Los encuestados eran 88,4 % mujeres, y predominantemente de 40 a 49 años (40 %). Además, el 98,6 % tenía una alergia alimentaria diagnosticada por un médico, el 95,8 % tenía prescripción de epinefrina, el 52,9 % tenía antecedentes de uso de epinefrina, el 70 % había visitado un servicio de urgencias por un problema de alergia alimentaria y el 24,4 % había sido hospitalizado debido a su alergia.
El 8,5% de los encuestados informaron un total de 400 reacciones alérgicas a los alimentos durante el vuelo. Durante estos eventos, el 59,5% informó del incidente a la tripulación de vuelo o a la aerolínea una vez que aterrizaron, y el 30,1% fue trasladado a un hospital o atención de urgencia una vez que aterrizó. Además, el 3,8% solicitó un aterrizaje de emergencia, lo que sucedió en cinco de 15 casos.
Los factores desencadenantes más comunes fueron el maní /cacahuete (3,9 %), los frutos secos (2,4 %) y la leche (0,6 %), junto con el huevo, los mariscos, el pescado, la soja, el trigo y el sésamo.
Los tratamientos durante el vuelo incluyen antihistamínicos (60,7 %), epinefrina (15,1 %) y broncodilatadores inhalados (15,1 %).
Los pacientes solicitaban con frecuencia adaptaciones específicas de la aerolínea antes de embarcar, como la oportunidad de embarcar antes, anuncios relacionados con alergias alimentarias a bordo, refrigerios alternativos, zonas de amortiguamiento y otras modificaciones. Principalmente, estas adaptaciones eran necesarias para los alérgenos de cacahuetes y nueces de árbol. Y sobre ello, el 47 % de los encuestados dijo que las aerolíneas proporcionaron dicha zona según lo prometido, el 36 % dijo que las aerolíneas no cumplieron.
Cuando la encuesta preguntó a los encuestados qué tan bien fueron tratados por el personal de la aerolínea, incluidos los agentes de la puerta de embarque, los asistentes de vuelo y los manipuladores de equipaje, el 35,6 % dijo que había experimentado un comportamiento poco profesional o insensible, el 58,8 % dijo que no.
En general, la gente toma una cantidad considerable de pasos para controlar de manera proactiva la alergia a los alimentos durante los viajes aéreos. Estos pasos incluyeron llevar epinefrina (93,5 %), intentar traer su propia comida (82,1 %), llevar toallitas antisépticas (81,9 %), llevar epinefrina adicional (74,9 %), contactar a la aerolínea con anticipación (67,2 %) y pedir comidas libres de alérgenos (23,5%). Cuando los encuestados trajeron su propia comida, el 40,2% dijo que la seguridad del aeropuerto o la aduana la inspeccionaron, el 27,3% dijo que la comida se “arruinó” durante esta inspección, el 15,2% solicitó un manejo especial y el 13,4% dijo que la comida fue confiscada.
Los investigadores planean continuar trabajando con sus 45 organizaciones asociadas para publicar manuscritos que detallen sus hallazgos y compartirlos con una amplia gama de formuladores de políticas y otras partes interesadas en alergias alimentarias.
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Referencia: Artículo publicado en Healio, 04/2023.
Autora
Leila Burin.
Coordinadora Académica de Portal de Inocuidad.
PhD en Ciencias Químicas, Universidad de Buenos Aires, 2001 y Lic. en Ciencias Biológicas, Universidad de Buenos Aires, 1994.
2010 hasta la fecha: auditora para SAI Global Spain: Esquemas: IFS, BRC, ISO 22 000, FSSC 22000, GMA SAFE y auditorías de clientes: Unilever, Pepsi, Starbucks, Woolworths, Mac Donalds.
1997 hasta la fecha: QualyFoods S.A., Argentina Cargo: Gerencia Técnica en Aseguramiento de Calidad. Dirección. Desarrollo de Programas de Pre-requisitos & BPM y HACCP en Argentina (8 Plantas); capacitación: HACCP Alliance Lead Instructor en Argentina y México; y auditora para Heinz NA.
Mas de 15 cursos abiertos dictados desde 2001. Docencia: Materia: Biología e Introducción a la Biología Celular. Unidad Académica: CBC (Ciclo Básico Común), UBA, entre 1993 y 2000.
2 DIRECCIONES DE TESIS, entre 2001 y 2006.
14 PUBLICACIONES Y ARTÍCULOS.
18 TRABAJOS PRESENTADOS A CONGRESOS.
Más de 35 CURSOS TOMADOS desde 1994.
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